CUALES SON LOS SUPER HEROES GAY?

English: Superman vs Lex LuthorEnglish: Superman vs Lex Luthor (Photo credit: Wikipedia)

No soy una persona supermoralista, ni llena de prejuicios, eso creo, pero que definitivamente se enaltezca el homosexualismo esta mas allá de cualquier consideración de vida que se tenga, o vemos que se mantenga exaltando el hecho que las personas sean bondadosas?, o que sean de un color u otro?, no. Si alguien es gay que lo sea, como que alguien es de ascendencia de alguna raza en particular, no se busca enaltecer esa condición, simplemente es.

Pero bueno, allá cada quien, pero no me parece que MARVEL y los Comics (o cualquier personaje de caricatura) hagan ver que ser homosexual es la panacea. Como decimos en mi tierra, cada quien es libre de hacer su su sayo una ruana, pero no hacer creer a mucho incauto o imberbe que eso es normal, bueno y deseable, o seré yo un barbaro¡?

Bueno les dejo este articulo del diario EL TIEMPO que me les cuenta quienes son los Superheroes Gays que ya definitivamente salieron del Closet, hasta Archie y Torombolo como que están en la lista...., faltaba mas, no demoran en decir que don Ramón y doña Ramona, eran casados solo de pantalla, porque cada uno tenia su otro yo gay.

Articulo titulado:

La salida del clóset de 'Linterna Verde' enciende debate en EE. UU.

Fuente: http://www.eltiempo.com/

Aunque grupos conservadores rechazan estos casos, organizaciones sociales hablan de igualdad.
En sus peores pesadillas, las buenas conciencias que militan en la asociación cristiana conocida en Estados Unidos como Un Millón de Madres descubren que la Mujer Maravilla es la amante de Batichica, Batman y Robin se casan en Nueva York y que Superman siempre ha usado a Lois Lane en el Daily Planet como fachada de su pasión verdadera: el Hombre Araña.
La página de Internet del Millón de Madres pide a sus miembros que actúen en contra de Marvel y DC Cómics por el giro gay que han tenido los superhéroes -para ellos, supergays temibles cuando ilustran un concepto tan dudoso y manipulador como el pecado-, enviando mensajes en los que exijan cambiar la orientación sexual de Linterna Verde, Northstar o Kevin Keller, el buen soldado que en el universo de Archie se casa con el amor de su vida, un negro -¡Ups! ¡Un afroamericano, para decirlo en los términos de la retórica políticamente correcta!- al que conoció en un hospital del Ejército cuando se recuperaba de las heridas que recibió en Irak.Quizás nadie imaginó hace setenta años, cuando nació Archie, que en Riverdale, el pueblo de la geografía del cómic con temperamento de suburbio, se festejaría el matrimonio de Keller por invitados entre los que puede verse a Jughead (Torombolo) y a Mr. Weatherbee (el señor Paz), rector de la escuela de Archie, enjugando con sus manos una lágrima dudosa. Mucho menos que el uniforme patriótico del Ejército, con el que se representa al sexo trípode de la virilidad armada, apareciera en el dibujo donde se muestra la fiesta, decorada con un cartel que proclama: "Recién casados".
El Millón de Madres pidió a los ejecutivos de las editoriales que "hicieran lo correcto y dieran marcha atrás en su decisión de tener una orientación sexual explícita para los lectores". El alegato argumenta la inocencia imitativa de los niños, fácilmente impresionables, sorprendidos por la sexualidad de Linterna Verde, rejuvenecido y gay -¡Cuando lo conocimos, casado y padre de dos hijos, uno de ellos otro superhéroe gay desde su concepción, el temible Obsidian!-, afectado como quizás podría sucederle a Superman si Lex Luthor lo contaminara con la clase de kriptonita que lo sacaría del clóset.
"Lo correcto" como un criterio que uniforma y reprende las diferencias al margen de un orden conservador y los superhéroes gays como tótems pop que amenazarían las burbujas de la infancia y la adolescencia en las que se empiezan a consumir los cómics son irreconciliables para los términos de la censura, que quisiera ver el mundo como si fuera Disneylandia.
El escándalo comprueba su efecto publicitario: la suma de la apertura sexual en la era Barack Obama más las protestas de los ciudadanos iracundos ante las fantasías gay de los cómics arrojó como resultado el éxito para Linterna Verde y Archie, agotándose los ejemplares del Super Homo y Keller con ansiedad vertiginosa por sus fanáticos.
El hábito que define al "ciudadano ejemplar", criticando en público lo que disfruta en privado, se contradijo en las ventas.Aunque Marvel imprima el rótulo "Solo para adultos" en la carátula de sus revistas cuando las historias son protagonizadas por gays. Una estrategia similar a beber alcohol en la calle con la botella guardada en una bolsa de papel: el contenido se hace mucho más explícito recubierto por la fachada portátil.
Los cómics como expresión masiva, semejantes al cine o al rock en su impacto generacional, rebasaron hacia principios de los años 90 las fronteras que limitaban su dibujo del mundo gay al terreno underground. La prohibición de una sexualidad explícita con personajes homosexuales fue revisada a finales de los años 80 -la década tenebrosa del sida-, y las revistas salieron del clóset donde las habían guardado los códigos de censura.
Del mundo underground a la luz del día, el cruce de umbrales evidenció otras formas de la personalidad sexual. La industria del entretenimiento reflejó con sus ficciones en el territorio alucinado del cómic vidas cada vez menos secretas para sus lectores.
Gay Comix, los personajes transgenéricos que aparecen eventualmente en The Sandman (el Hombre de Arena), de Neil Gaiman; la extravagancia homosexual de un superhéroe peruano publicado por DC Cómics llamado Extraño, la exótica y variable Madame Xanadú habitaron la conciencia de un público ávido de experiencias homofantásticas y lésbicomaravillosas.
"Las relaciones sexualmente ilícitas no deben ser sugeridas o descritas", advertía en los años 50 una cláusula de la Autoridad del Código del Cómic (CCA). Tras el movimiento de los derechos civiles que estremeció a EE. UU. desde mediados de los años 50 y hasta mediados de los años 60, garantizando el Congreso un espejismo difícil de alcanzar -los derechos civiles para todos los norteamericanos, sin que importara su raza-, el campo de batalla continúa agitado por la defensa de otros derechos y expone en el teatro sexual sus tensiones dramáticas, magnificadas por la fantasía.
Cuando Superman y sus amigos surgieron como emblemas justicieros, que combatían el crimen, rescataban niños de edificios en llamas, luchaban en batallas intergalácticas o se proponían salvar al mundo de alguna catástrofe, su heroísmo recibía el aplauso merecido que enaltecía sus poderes. Con la polémica alrededor de Archie, Linterna Verde y Northstar, la justicia quedó relegada a un segundo plano, al examinarse con rencor moral la sexualidad del héroe.
Quizás sea paradójico, o, tal vez, bastante lógico. Según la perspectiva de un pecador culposo, la ética y sus virtudes importan menos que las pasiones. No es imposible soñar con lo que sucederá en un par de semanas cuando Northstar le proponga matrimonio a su compañero en una edición explosiva del cómic Astonishing X-Men.
Mientras que los ciudadanos liberales y conscientes del respeto por las leyes consideren la boda como otro matrimonio gay después de su legalización en Nueva York, al otro lado de la luna se escucharán las protestas en contra de la evolución de la especie, recordándonos lo que escribió Edna Ferber para Reader's Digest, la revista del hogar, en diciembre de 1954: "Una mujer puede tener un aspecto recatado y, al mismo tiempo, excitante, siempre que dé la impresión de que eso supone un conflicto".


HUGO CHAPARRO VALDERRAMAPara EL TIEMPO


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